Lecidea auriculata, Morille (Salamanca), mayo 2009
Neofuscelia pulla, Morille (Salamanca), mayo 2009
El pasado sábado estuve dando una vuelta por las antiguas minas de wolframio y estaño de la localidad salmantina de Morille. Estas minas tuvieron su auge durante la Segunda Guerra Mundial y se prolongó su explotación en la década siguiente. Además de las propias minas, quedan a la vista multitud de catas y prospecciones en diferentes puntos del término municipal. Así hay bastantes escombreras pequeñas formadas por bloques de cuarzo. Aunque la intención real era pasar la tarde viendo pájaros, el intenso y desagradable viento me obligó a cambiar de idea. Realmente el cuarzo es un sustrato duro para iniciar una nueva vida. Su práctica indisubilidad en el agua, su resistencia a la meteorización, su superficie lisa apenas retiene agua y nutrientes, vamos, que acaba siendo aparentemente un desierto liquénico. No obstante localizo 15 especies, entre las cuales figuran especies poco comunes. Seguramente la especie más común y más vistosa son Neofuscelia pulla y Xanthoparmelia tinctina. El resto de lo visto, pues, lupa y paciencia. Así van apareciendo pequeños talos de Rhizocarpon lecanorinum, Rh. obscuratum, Aspicilia intermutans, Pertusaria rupicola, Parmelia tiliacea, Diploschistes actinostomus. En zonas más eutrofizadas, aparte de las dos primeras especies citadas, se encuentra algún talito de Lecanora muralis, Lecidea fuscoatra y Tephromela atra. Aprovechando algunas grietas de los bloques de cuarzo crece Candelariella vitellina, Caloplaca irrubescens, y un especialista de este medio Lecidea auriculata. En resumen, que la vida detesta el vacío y se agarra a todo.
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