martes, 21 de diciembre de 2010

Quejigares de la Tierra del Vino (saxícolas)

Lecanora intricata, El Cubo de la Tierra del Vino (Zamora), noviembre 2010

Con esta entrada acabamos la serie, seguramente la primera de ellas, sobre el LIC Quejigares de la Tierra del Vino. Esta vez trataremos de lo que crece sobre los resaltes rocosos que hay en estos bosques. Resaltes rocosos, que son relativamente escasos, pero que tienen cierta riqueza liquénica. Estamos sobre la unidad tectosedimentaria UTS21, para los amigos Luteciense Zamorano o Unidad Arcósica Basal, que ya comentamos en una anterior entrada en este blog, concretamente la titulada Campo Mojado. ¿Por dónde empezamos?. Creo que es importante destacar que la mayor parte de los líquenes presentes en estos conglomerados son un tanto nitrófilos, ya que estos resaltes apenas despegan del suelo y enseguida se cubren de polvo y nutrientes. ¿La especie más abundante?. Es difícil decir cual es ya que parecen ser comunidades muy diversas. Encuentro 19 especies. Para mí lo más destacado, tal vez por la rareza relativa con que se encuentran en la zona en que me muevo habitualmente sean Lecanora intricata y Caloplaca arnoldii. Además encuentro otras del mismo género: Lecanora rupicola, Lecanora muralis, Lecanora campestris y Caloplaca crenularia. Estas Caloplaca han resultado un tanto difícil ya que al estar muy hidratadas por las recientes lluvias, su aspecto general era un tanto engañoso. Para este género merece la pena seguir esta tesis (está en catalán, pero hay que ser muy burro para no entenderla ;oP). Se encuentran talos un tanto decrépitos de Pertusaria pertusa var. rupestris y de Rhizocarpon lecanorinum, parasitados tal vez por Carbonea vitellinaria. Son también abundantes Aspicilia sp., seguramente A. intermutans, pero ¡rigor!, Xanthoparmelia (Neofuscelia) pulla y Neofuscela verruculifera, y por supuesto, una de las especies más bonitas de la región (al menos para mí), Ochrolechia parella. Clásicos del nitrógeno: Xanthoparmelia conspersaCandelariella vitellina y Tephromela atra son comunes. Aprovechando el cemento calcáreo crecen algunos talitos de Placynthium nigrum. Sobre las rocas descompuestas encuentro Cladonia coniochracea y Lecidea litophila, esta última con su característica reacción al K rojiza.
En resumen, para la zona 51 especies de líquenes: 25 especies epífitas, 19 saxícolas y 7 terrícolas. No son muchas. Supongo que cuando repase la zona en futuras visitas, irán aumentando en número y ... ¡en interés!. Por lógica, falta sacar lo raro.
Lecanora rupicola, El Cubo de la Tierra del Vino (Zamora), noviembre 2010

Posible Carbonea vitellinaria parasitando Rhizocarpon lecanorinum. El Cubo de la Tierra del Vino (Zamora), noviembre 2010

Lecidea litophila, El Cubo de la Tierra del Vino (Zamora), noviembre 2010

Caloplaca arnoldii, El Cubo de la Tierra del Vino (Zamora), noviembre 2010

Caloplaca crenularia, El Cubo de la Tierra del Vino (Zamora), noviembre 2010

Ochrolechia parella, El Cubo de la Tierra del Vino (Zamora), noviembre 2010

Aprovecho también para felicitar las fiestas que comienzan ahora, la salida del 2010 y la entrada en el 2011 ( a ver como se porta). Me voy unos días al desierto liquénico donde viven mis suegros (Amberes) y a la vuelta, seguiremos hablando de líquenes.


sábado, 18 de diciembre de 2010

Diversidad en encinares

El pasado domingo, me levanté como si me hubieran dado una paliza. La noche anterior me fui a ver a Diego “El Cigala”, que actuó en Salamanca, después madrugué para estar al amanecer en una espera al lobo en el Sur de Zamora y luego, en una mañana de temperatura magnífica me fui a recorrer los montes de mi pueblo. Aproveché, además de ver pájaros, para ver líquenes y satisfacer mi curiosidad. La verdad, ¿cómo plasmar lo que se ve en un texto?. Para ello hay dos posibilidades, la literatura o la ciencia. Personalmente, me atraen más los números y creo que saqué material para resumirlo en números. Para ello, aconsejo al lector que se ayude de la entrada diversidad.
En primer lugar diré que estamos en el Suroeste de la provincia de Zamora. Hay una zona de monte en el término de Carbellino que me gusta mucho, ya que es bastante salvaje: encinas viejas, abundante matorral, apenas impacto humano, … Para empezar, a pesar de lo “virginal” que nos pueda parecer este encinar, no estamos en un encinar-clímax. Para el naturalista español debería ser de lectura y estudio obligatorio el libro “Ecología del bosque mediterraneo en un mundo cambiante”, donde se destruyen mitos muy asentados que tenemos sobre los encinares ibéricos, y sobre los que algún día hablaremos en este blog. En este encinar, consecuencia actual del abandono de toda actividad agro-pecuaria hace unos 10 años, estuve buscando los líquenes que crecían aproximadamente a 1,50 metros, y más o menos orientados hacia el Oeste, que es el lado que más líquenes presentan. Resultado:

Quercus ilex
1
2
3
4
5
6
7
Tot.
%
Parmelia tiliacea
121
32
15
145
142

139
594
62,592
Parmelia saxatilis

10




21
31
3,266
Phaeophyscia orbicularis


7
6
3


16
1,685
Physcia adscendens


7
2

18

27
2,845
Physcia aipolia



2



2
0,21
Physconia grisea
21






21
2,212
Physconia enteroxantha

12
7
6
14
8

47
4,952
Physconia perisidiosa





26
18
44
4,636
Ramalina fraxinea



3



3
0,316
Ramalina calicaris

20

3
11
49
16
99
10,432
Evernia prunastri
1
1


4


6
0,632
Pertusaria pertusa

4

7



11
1,159
Hypogymnia farinacea

14





14
1,475
Xanthoria parietina
1






1
0,105
Chrysotrix candelaris

3




2
5
0,526
Leproloma sp.



5

14

19
2,002
Lecanora horiza




1


1
0,105
Lecanora symmicta





3

3
0,316
Lecidea elaeochroma






5
5
0,526

19 especies, con un promedio del 60,25% de la superficie ocupada por líquenes (el resto, o bien está desnudo, o bien ocupado por musgos), con un índice de diversidad (Shannon-Wever) de 1,534 bits/individuo y un índice de equitatividad (Pielou) de 0,521.
No muy lejos, en el monte de La Cueva, en el término de Almeida de Sayago, tenemos otro encinar, maduro, pero tiene cierta actividad humana, como son los ciclos de poda para leña y un cierto pastoreo ovino. A pesar de ello, el estado del monte es, bastante bueno, comparado con lo que hay por allí. Se repite el proceso y se obtiene:
Quercus ilex
1
2
3
4
5
total
%
Parmelia tiliacea
162
70
70

184
486
62,709
Melanelia glabra
1




1
0,129
Parmelia quercina


20


20
2,58
Phaeophyscia orbicularis
3




3
0,387
Physcia adscendens

15
5
5
5
30
3,87
Physconia grisea

45



45
5,806
Physconia enteroxantha
18



35
53
6,838
Ramalina calicaris
20
21
20
31
44
136
17,548
Evernia prunastri


5

8
13
1,677
Pertusaria pertusa
1

3


4
0,516
Xanthoria parietina

11



11
1,419
Leproloma sp.

6



6
0,774
Lecanora carpinea



5
3
8
1,032
Lecanora chlarotera
2




2
0,258
Amandinea punctata
1




1
0,129
Usnea subfloridana



10

10
1,29

En total, 16 especies de líquenes, que cubren en promedio el 68,88%, con índices de diversidad de 1,497 y de equitatividad de 0,539.
Mirando las especies y los números, así, a bote pronto, da una sensación de que la diferencia entre las dos comunidades es reducida. Aquí no vale hablar de sensaciones. Tal vez si hubiera dormido mis horas, tendría otras sensaciones.
Para comparar las dos comunidades habría que utilizar alguno de los coeficientes de similitud y que, ¡oh, paradoja!, los más utilizados, el de Jaccard coeficiente de Jaccard: CCj = C/S1+S2-C y el de Sorensen coeficiente de Sorensen: CCs = 2c/S1+S2  son de los que menos confianza me inspiran. ¿Razones?: si C son las especies en común y S las especies de cada muestra, los resultados que se obtienen, que van de 0 a 1 (similitud máxima), son respectivamente 0,4 y 0,571. No puede ser, resultado bastante alejado de lo esperado. Repito y excluyo las especies que están representadas por menos del 1% y todavía encuentro menos similitud: 0,29 y 0,454. Pruebo a excluir las especies que tienen menos del 5% de representación y los resultados, suben a coeficientes del 0,6 y 0,75 respectivamente. Las especies, se presenten en valores de 1 o de 1.000 veo que tienen el mismo valor, con lo que el peso de Amandinea punctata es el mismo que el de Parmelia tiliacea, pero que a la hora de definir la comunidad, por supuesto, que no, y estos coeficientes no disciernen. Decido aplicar un índice que si tiene en cuenta estos pesos y que me convence más, que es el índice de Bray y Curtiss I = 1- (sumatorio Xi-Yi/sumatorio Xi+Yi) siendo Xi e Yi los porcentajes de cada especie respecto al total de cada una de las comunidades A y B. La similitud es del 0,826, lo cual, más o menos coincide con lo esperado, y con lo que el sentido común dicta.
¿Qué es lo que se ha visto?. Los valores de diversidad son relativamente altos, lo cual parece interesante para estos montes. Lo más destacado es que los porcentajes de superficie cubierta por líquenes son similares y que la especie dominante, Parmelia tiliacea, tiene en ambas comunidades casi la misma presencia.  La principal diferencia entre las comunidades viene dada por las especies de poca presencia. Es difícil asegurar, pero esas especies de poca presencia, parecen en el encinar de la Cueva, en Almeida ser más amantes de la luz, que pudieran ser indicadoras de una mayor fragmentación del hábitat, y algo más nitrófilas, lo que estaría relacionado con un mayor pastoreo en la zona. Ahora bien, me faltan elementos de juicio objetivo para asegurar esto último, porque la ciencia, aparte de lo comentado en el primer párrafo, sobre descripción de lo que se ve, ha de huir de las interpretaciones tautológicas o pensamientos circulares. Esto último ha de ser el gran enemigo del naturalista.
Para seguir estos razonamientos he habilitado la etiqueta: ecología teórica, donde pinchando se llega a las entradas relacionadas.