viernes, 21 de octubre de 2011

En el Cabo de las Tormentas

El Cabo de Buena Esperanza, al fondo Cape Point, Sudáfrica. Más al fondo Hangklip Kaap, y allí a la derecha, a unos 3.900 kilómetros, la Antártida. Entre medias, sólo mar. 
El bautizado, allá por 1488, por Bartolomeu Dias como Cabo de las Tormentas, y rebautizado como Cabo de Buena Esperanza años más tarde por el rey Juan II de Portugal, es un tesoro geológico y de biodiversidad. Realmente para el naturalista inquieto es una borrachera de naturaleza. Simplemente el permanecer sentado al borde de uno de estos acantilados buscando algún albatros volando sobre el mar, o asombrándose de los abismos de Cape Point, de la soledad de Buffelbaai, o la epopeya que encierra este nombre, justifica que cualquier viaje a Sudáfrica acabe pasando por este punto, que no es el más meridional de África, como algunas personas piensan.
Todo descansa sobre un potente zócalo de granito, que se caracteriza aquí por la presencia de grandes cristales de feldespato. Zócalo que emerge desde los fondos marinos y más o menos alcanza los 15 metros sobre el nivel del mar, formado hace 540 millones de años. Sobre este zócalo hay unos estratos de areniscas rojas y esquistos, de origen sedimentario en ríos y estuarios, de la formación Graafwater, de unos 475 millones de años, y que alcanza más o menos los 70 metros de sobre el nivel del mar. Y por encima de este nivel, la potente formación Peninsula, de unos 460 millones de años. Formación sedimentaria formada por cuarcitas. Estas formaciones, Graafwater y Peninsula forman parte del grupo Table Mountain. Como se puede ver, todo son rocas silíceas por lo cual encontraremos líquenes saxícolas, con afinidad por este tipo de rocas y amantes de la luz y del mar. Es curioso, pero encontramos multitud de rocas cubiertas por Lecanora substylosa y L. panis-erucae con algunos líquenes que creo que son Lecidea lapicida, de color rojizo-naranja, que muestran la presencia de sales ferruginosas en estas rocas. Esta comunidad de líquenes sobre cuarcitas es bastante común a lo largo de la costa Atlántica del Suroeste de África, desde el  Cabo de Buena Esperanza hasta la Costa de los Esqueletos en Namibia.
Lecanora substylosa (Zahlbr.) Hertel&V.Wirth , Lecanora panis-erucae Hertel&V.Wirth (de color gris, encima de L.lapicida de arriba) y Lecidea lapicida Ach. , Cabo de Buena Esperanza, Western Cape (Sudáfrica), agosto 2010.

Lecanora substylosa (Zahlbr.) Hertel&V.Wirth, Cabo de Buena Esperanza, Western Cape (Sudáfrica), agosto 2010

En los esquistos de la formación Graafwater se ven pocos líquenes. Supongo que la roca más blanda, más inestable, más erosionable, no favorece el asentamiento de comunidades liquénicas. Crecen unos bonitos líquenes: Santossonia lagunebergii.

Santessonia lagunebergii Sérus&Wessels, Cabo de Buena Esperanza, Western Cape (Sudáfrica), agosto 2010
Santessonia lagunebergii Sérus&Wessels, Cabo de Buena Esperanza, Western Cape (Sudáfrica), agosto 2010
Aparte de la gea de la zona, es muy interesante las magnífica formación de fynbos. Este tipo de matorral de la costa sudafrica, forma parte de un reino floral aparte. El de más pequeña distribución del mundo. Espesos matorrales de proteas (Protea nitidaLeucodendron laureloumL. tinctumLeucospermum sp.), brezos (Erica cerinthoides), plantas menores (Phylico pubescensBerzelia lanuginosa, ...) forman este fynbos, o "matorral suave" que es la traducción literal del afrikaans. No veo muchos líquenes, porque son matorrales muy espesos con pocos troncos expuestos a la luz, y luego, ... porque ando más pendiente de algunos pájaros que se me resisten: Emberiza capensis entre otros. No obstante encuentro algunas cosas típicas de la costa del Sudoeste de África: Teloschistes puber, Roccella montagnei, Parmotrema reticulatum y dos viejos conocidos de nuestro país: Caloplaca ferruginea y Parmelia chinensis.
Teloschistes puber (Ach.) Almb., Cabo de Buena Esperanza, Western Cape (Sudáfrica), agosto 2010.

Caloplaca ferruginea (Hudson) Th. Fr., Cabo de Buena Esperanza, Western Cape (Sudáfrica), agosto 2010.

Rocella montagnei Bél., Cabo de Buena Esperanza, Western Cape (Sudáfrica), agosto 2010.
 Y esto es más o menos todo. Disfrutar del paisaje, de su naturaleza, del saber que no te separa nada más que agua de la Antártida y  la precaución de no encontrarte de morros con un macho alpha de papión. Sí, parecen bastante brutos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario