En primer lugar he de disculparme ante los seguidores de este blog, pero realmente este mes de noviembre he andado muy liado, en cuanto a mi tiempo libre para editar, y ... también en cuanto a campo liquénico. A ver si ya me organizo y me dedico a salir a ver líquenes y a mis cosicas relacionadas con este mundo y le doy más vidilla al blog. De momento, vivimos de recuerdos. Y ... de recuerdos, que mejor que el magnífico bosque de Sandsjobacka, en el Suroeste de Suecia. Uno de los mejores bosques que he visto en nuestra Europa. Es un bosque muy entremezclado, variado, donde se combinan varios ecosistemas: marismas, turberas, bosques de píceas, manchas de robles, alisedas y abedulares pantanosas, ... y donde se ve madurez. Una maravilla que descubrí en septiembre, en mi viaje a Göteborg.
Realmente mi visita a Sandsjobacka fue más bien ornitológica, donde el interés por los líquenes fue un poco más límitado, por la brevedad de la visita. No obstante, si reparé en algunas cosas muy interesantes. En las zonas de Picea abies, bosques realmente umbríos, me sorprendió encontrar abundante Parmelia sulcata y Lepraria incana, ese líquen pulvurulento de color verdoso, y normalmente indicador de presencia de dióxido de azufre, aunque aquí más bien, creo que está presente por exclusión, por ser prácticamente de los pocos líquenes que viven en estas cortezas umbrías, húmedas y de pH ácido. No obstante, en las ramitas de estas coníferas, más expuestas a la luz se encuentran Hypogymnia tubulosa, H. physodes, Parmelia sulcata, Melanelia glabra, Cetraria sepincola, Platismatia glauca, ...
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