martes, 3 de septiembre de 2013

Slīteres Nacionālais Parks (2 de 2)














En la anterior entrada traté las comunidades epífitas sobre Pinus sylvestris, especie dominante de estos extensos bosques costeros. Además se encuentran pequeñas masas de abedules (Betula pubescens) que presentan comunidades más pobres, con una diversidad, prácticamente 5 veces menor (hay que tener que la diversidad está medida en logaritmos de base 10), pero con mayor cobertura de superficie.
Hypogymnia physodes
54,28
Usnea subfloridana
7,86
Cladonia coniocracea
0,73
Bryoria fuscescens
0,27
Parmelia sulcata
18,57
Cobertura %
81,71
Nº de especies
5
Diversidad H' (bits/ind.)
0,895
J de Pielou
0,56

Resultan muy interesantes las comunidades de líquenes terrícolas. Son suelos arenosos que forman dunas fijadas por el pinar y en el que las comunidades de sotobosque están formadas mayoritariamente por ericáceas (Erica tetralix, Calluna vulgaris, Vaccinium myrtillus y V. vitis-idaea) y la planta hemiparásita de las anteriores y de los pinos, y un indicador de bosque viejo, Melampyrum pratense.  En esta comunidad apenas queda sitio para otras plantas como son Epilobium angustifolium y una joyita de estos arenales, Dianthus arenarius. El resto queda cubierto por musgos: Polytrichum longisetum, Racomitrium lanuginosum, Eurhynchium striatum y Brachytecium rutabulum y extensos céspedes de líquenes terrícolas: Cladonia arbuscula, C. portentosa y C. fimbriata.

Cladonia arbuscula (Wallr.) Flotow., cabo Kolka, Kurzeme (Letonia), julio 2013
Cladonia portentosa (Dufour) Coem., cabo Kolka, Kurzeme (Letonia), julio 2013













Sobre madera muerta, germinan incluso pequeñas plántulas de Vaccinium myrtillus y crecen bonitas comunidades de líquenes como Cladonia fimbriata, C. glauca, Parmelia sulcata y Platismatia glauca.

Cladonia fimbriata (L.) Coem., cabo Kolka, Kurzeme (Letonia), julio 2013
Cladonia glauca Flörke, cabo Kolka, Kurzeme (Letonia), julio 2013
Interesante resulta recordar que durante la época soviética, esta comarca estuvo cerrada a los civiles ya que toda ella fue una base militar. Como testimonio de aquella época quedan búnkeres de hormigón, anchas y solitarias carreteras, que servían como pistas de aterrizaje de emergencia a los aviones del Pacto de Varsovia. Y con anterioridad indicar que aquí resistió un aún potente grupo de ejércitos alemanes aislado hasta después de la caída de Berlín, en mayo de 1945.

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