viernes, 7 de enero de 2011

Los caravasares del desierto

Qasr Al Halabat, Az Zarqa (Jordania), marzo 2010
Hay unas interesantes construcciones en Oriente Medio que son los caravasares. Son unas "fondas" u hoteles   amurallados, que servían tanto para alojar y aprovisonar las caravanas como para protegerlas de los asaltos de bandoleros. Los descubrí hace años en Anatolia, en el centro de Turquía y quedé prendado, tanto por su austera belleza por aquellos solitarios parajes que los rodeaban. Por su filosofía están unos de otros, siempre a la distancia que se recorre andando en un día. Además estaba embebido por una de las mejores bandas sonoras que recuerdo que es la de aquella serie de televisión que recorría el mundo musulmán, Al Qibla de Juan Goytisolo, si no recuerdo mal.
No había vuelto a verlos hasta Jordania, a lo largo de dos rutas más o menos paralelas que se unen en el oasis de Azraq y que unen Amman con Bagdad, en el vecino Iraq. No hay una gran distancia y permite, hoy día, recorrer esas dos rutas en coche. Por la mañana hacemos la del Sur, la que va por el desierto y en la que encontramos Qasr Al Kharana, el magnífico Qusayr Amra y el Qasr Azraq, este último, en el desierto, pero a orillas del oasis del mismo nombre, y que es un oasis de agua y de vida: aguilucho lagunero, fochas, carriceros, pechiazules, ... en medio de la absoluta aridez. Al menos en ese día estaba el desierto animado y volaban hacia las estepas de Asia Central, águilas de estepa, golondrinas y otros pájaros. Por supuesto, la vida liquénica es nula, tanto sobre las rocas como en los escasos arbustos que crecen a lo largo de wadis secos. Al menos, se aprecia un concepto difícil de explicar para un naturalista ibérico, que es la erosión areolar, responsable de la formación de los relieves de gran parte de la Mancha y de zonas del valle del Duero. Tenemos la idea de la erosión lineal de los ríos, que van excavando a lo largo de un cauce y creando cañones, barrancos y terrazas. La erosión areolar se produce en climas áridos donde las lluvias torrenciales no encuentran unas cauces previos y la erosión del suelo se produce en todo el área, quedando un suelo muy lavado, donde quedan las piedras de un cierto tamaño que el agua no ha podido desplazar.
Volviendo por la ruta del Norte, ya dejamos el desierto por la estepa turánica, llamada así porque su rala vegetación tiene relación con la de la biorregión turánica, que viene a ser Irán, Pakistán y su entorno. Visitamos el caravasar de Qasr Al Halabat, no muy lejos de la ciudad de Az Zarqa, y realmente, después de haber pasado todo el día en el desierto, esta zona parece un vergel, y eso que sólo crecen unas hierbas y poco más. Este caravasar está, o estaba en reconstrucción, casualmente por la Agencia Española de Cooperación Internacional. Piedras calizas que albergan algunos líquenes, pocos, más que porque el clima no da mucho más de sí. 3 especies: Caloplaca arnoldii, que parece que va a ser un habitual de las calizas jordanas, Caloplaca oasis, la versión desértica de C. litophila y Candelariella aurella. No es mucho, pero, ... ¡habrá que sobrevivir como se pueda con menos de 75 mm. de agua al año!

Caloplaca arnoldii y Candelariella aurella, Qasr Al Halabat, Az Zarqa (Jordania), marzo 2010

Caloplaca oasis, Qasr Al Halabat, Az Zarqa (Jordania), marzo 2010

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