
Luz y ¿por qué no, un poco de humor? sobre estos curiosos seres y el mundo que los-nos rodea.
viernes, 29 de octubre de 2010
Die Klein Karoo

domingo, 24 de octubre de 2010
Bosques de Valdeón

Uno de los bosques más interesantes que conozco es el bosque Llallambres, en el valle leonés de Valdeón, al pie de los Picos de Europa. Tenía dando vueltas por el ordenador unas fotillas que saqué hace varios inviernos, en los que ascendí por un camino, con nieve por las rodillas desde Santa Marina de Valdeón al puerto de Panderruedas. Interesante hayedo maduro con vistas, en algunos momentos espectaculares de las Torres del Friero y de Peña Santa de Castilla. Mirando las cortezas de las hayas (Fagus sylvatica), se aprecian multitud de líquenes, tanto en cantidad como en variedad: espectaculares talos de Lobaria pulmonaria, abundante Parmelia saxatilis, grandes barbas colgando de Evernia prunastri y Alectoria sarmentosa, algún especialista de bosques fríos como Platismatia glauca, abundante y discreta Lecanora carpinea, llamativa Pertusaria albescens, y alguna cosilla rara como Collema subflaccidum. Es de suponer que me quedo corto, pero la verdad, con la nieve por las rodillas, con temperaturas gélidas y con los puertos de acceso y salida del valle de Valdeón, con cadenas y amenazando con cerrarse, no invitaban mucho al detenimiento contemplativo, con el que ando otras veces por el campo. En la nieve, huellas de ciervo, corzo y jabalí, una liebre de piornal (Lepus castroviejoi) y algunos pajaritos. A destacar un bandito de 7 perdices pardillas (Perdix perdix), que la verdad, aunque me muevo bastante por la Cordillera Cantábrica, no siempre logro verlas.







Hay algunos afloramientos calizos, donde veo la abundante y llamativa Caloplaca aurantia y la mezcla más o menos habitual del líquen Collema auriforme, con su fotosimbionte libre, la cianobacteria Nostoc, que se presenta como pequeñas bolitas gelatinosas.

En resumen, días fríos pero muy entretenidos a pesar de la circunstancia.
Nota: Al final, pudimos salir del valle de Valdeón el día previsto.
miércoles, 20 de octubre de 2010
Poblado vikingo

jueves, 14 de octubre de 2010
De líquenes, musgos y hepáticas

He pasado unos días recorriendo los bosques del P.N. de Redes en Asturias. Ya viene siendo algo habitual en los últimos otoños, y realmente es un lugar cautivador. Inmensos bosques de carballos (Quercus robur) han sido los recorridos en este mes de octubre. Bosques umbríos, a explotar de vida: invertebrados, plantas, setas y dentro de lo diminuto del mundo vegetal, infinidad de líquenes, de musgos y de hepáticas. Realmente no me he dedicado a la botánica, más bien a caminar y a ver pájaros con mis prismáticos, pero realmente he andado con ojos curiosos mirando lo que nos rodeaba. Así, en estos bosques, me han llamado la atención algunas cosas que no estoy acostumbrado a ver o que he visto por primera vez, como ha sido el caso de Lichenomphalia velutina/meridionalis (está todavía por ver). Un basidiolíquen. Los líquenes son una discutida relación simbiótica entre un hongo, por lo general ascomiceto, y un alga o una bacteria con actividad fotosintética. En este caso, el hongo es un basidiomiceto, o sea, en lenguaje llano, una hongo, en simbiosis con un alga, cuya fructificación es una seta.
En estos bosques, hay pocos líquenes epífitos, ya que son muy umbríos. Hay que destacar que en las cortezas, en las zonas más despejadas abundan Flavoparmelia caperata y Pertusaria pertusa. En las ramas altas crece Usnea florida, pero solamente la encuentro en las ramas que han caído al suelo. Por eso lo sé. Lo realmente abundante son los musgos: Leucobryum, Polytrichum y en las zonas más encharcadas, donde rezuma el agua, algunos Sphagnum y hepáticas como Riccia sp. y Preissia quadrata. En este mundo de briofitos, crecen abundantes Peltigera polydactylon, Peltigera horizontalis y una cosita que estoy poco acostumbrado a ver: Solorina saccata. Líquenes propios de los musgos.
Nuestros caminos por los bosques se ven cortados por afloramientos rocosos de calizas carboníferas y cuarcitas. No reparo mucho en las calizas, pero en las rocas silíceas, cuarcitas, en este caso y especialmente en las Foces de Llaímo en la archiconocida Ruta del Alba, encuentro además de muchos viejos conocidos, algunos que me resultan raros: Collema ryssoleum, Chrysothryx chlorina y Dermatocarpon minatum.
Eso sí, mucho verde, mucha agua y mucha vida.

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jueves, 7 de octubre de 2010
Diversidad
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sábado, 2 de octubre de 2010
El ciprés de montaña




